lunes, 16 de junio de 2014

Trainspotting (1996)

Mark Renton (Ewan McGregor) y sus amigos son heroinómanos. Pasan todo el día inyectándose sustancias en el brazo que les provoca un placer “diez veces mejor que el orgasmo”. Es una vida dificil y el mundo en el que viven es un evidente chiquero. Danny Boyle adapta ‘Trainspotting’, obra basada en la novela homónima de Irvine Welsh.




La puesta en escena es el reflejo de cómo se siente alguien que vive por completo dentro de la adicción. El mundo frenético. El mundo que cambia.


Danny Boyle, se encarga de crear un mundo de jóvenes descontrolados y consecuencias más allá de lo imaginable, tanto para uno mismo como para los inocentes que les rodean. Donde pareciera que no hay escape. Nos sumergimos en el punto máximo del delirio con el desafortunado protagonista, que debe pagar con dolor el llevar su propio cuerpo al límite. A pesar de ser consciente de sus acciones. Pues, está en él la responsabilidad de cambiar el rumbo de su extraña vida o seguir inmerso en los excesos y desperdiciando los valiosos años de juventud.
“I chose not to choose life. I chose somethin’ else. And the reasons? There are no reasons. Who needs reasons when you’ve got heroin?”
A menos que el espectador sea un fanático empedernido del mundo de las drogas y/o de éste tipo de temática cinematográfica, la película le parecerá indiferente. Eso sí, sigue siendo entretenida y, la hora y media de duración se pasará volando. Tampoco es un problema, a éstas alturas de la vida ver a Ewan McGregor revolcarse en el suelo de placer por unas cuántas dosis de eroína (al final de cuentas, es una película).


Calificación: 6.5/10

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