The Big Lebowski (1998)

Personajes excéntricos (Jesús) y conversaciones incoherentemente divertidas (The Dude discute por primera vez con el señor Lebowski). La película no aburre en ningún momento, está dotada de una escena ingeniosa tras otra y deja tiempo para que ciertos personajes brillen como se lo merecen (Ahora Walter sabe que no es tan fácil espantar a un chiquillo de 15 años).

‘The Big Lebowski’ nos relata la vida de Jeffrey Lebowski (Jeff Bridges) mejor conocido como The Dude, un tipo desempleado que vive en Los Ángeles, descrito por la mayoría de las personas como un simple ‘perdedor’ (y vaya si se ve como uno). El protagonista se pasa las noches jugando a los bolos y tomando cerveza junto a sus amigos Walter (John Goodman) y  “Donny” (Steve Buscemi).

Pero, cuando unos extorcionadores confunden a The Dude con un millonario también llamado Jeffrey Lebowski, éste no tiene más remedio que visitarlo a su gran mansión para hacerle frente sobre el alboroto sucedido en su humilde departamento. A partir de entonces, The Dude, se meterá en uno que otro lío causado, en gran parte, gracias al regordete Walter (quien es un buen tipo, pero eso no le quita lo idiota).

El guión es divertidísimo. La interpretación despreocupada de Jeff Bridges (quien parece llevar pijama todo el bendito metraje) y un desesperante John Goodman (a quien no sabes si golpear o abrazar al final de cada escenita) están a la medida de sus personajes. Ambos son una pareja hilarante que se envuelve en conversaciones sin sentido (para deleite del espectador) y sus personalidades le dan una química especial a la película. Completando el trío está, el siempre discreto pero correcto, Steve Buscemi como el tímido Donny.

“Let me explain something to you. I’m not Mr. Lebowski. You’re Mr. Lebowski. I’m The Dude. So, that’s what you call me.”

Mención honrosa para los hermanos Coen, que básicamente son los responsables de que ésta película no se les haya ido de las manos, en momento claves de la historia.

Calificación: 8/10