Conocida por su temperamento fuera de control, voz estridente, cabello
multicolor y maquillaje recargado. Deja al público asistente sin habla,
haciendo honor a su tradición de espectáculos cortos e intensos cargados de
visuales psicodélicos. Así es Alice Glass, vocalista del dúo electrónico
Crystal Castles.
Apenas ingresa al escenario, agita la melena mientras sostiene una botella
de “Jack Daniels” debajo del brazo, pierde el equilibrio y se desliza en el
escenario. Ethan, dj de la banda, le hace un ademán para iniciar el show. De
pronto, los aquelarres sónicos de Alice comienzan a alborotar al público con “Baptism”,
tema muy popular y preferido por los fanáticos.
Se levanta la polera y muestra su vientre. Salta, hace caras y bocas. No
puede faltar el “crow surfing, ritual de todos sus
conciertos. Disfruta al máximo del momento, surfeando a través de todo el
público, cuando de pronto uno de los fanáticos, aprovechándose de
la situación, le toca los senos, rápidamente la rudeza se apodera de la
vocalista y le responde con un puñetazo en el rostro, causando temor
entre los asistentes.
La vocalista de origen canadiense estudió en una escuela católica, sin
embargo confiesa que nunca se ha considerado aliada a ningún pensamiento
religioso. Para ella, la Iglesia es una institución, no un consuelo.
Desde muy joven se caracterizó por ser rebelde. Escapó de su casa a los
catorce años para unirse a una comunidad
de punks, donde convivió con personas sumergidas en las drogas y el alcohol, lo
que fomentó su adicción a las sustancias tóxicas.
Se inició musicalmente en Fetus Fatale, una banda punk, y a los 15 años conoce a Ethan Kath que, para ese entonces, estaba en busca de una vocalista que le agrade el ritmo estridente de la electrónica
experimental. Le pidió a la joven punk
improvisar una canción compuesta por él, ella aceptó, después de la
performance, Kath quedó encantado, entonces formaron Crystal Castles.
Por su carácter particularmente esquivo y hermético, no suele disfrutar de
la compañía de un grupo de amigos. Ethan, se ha convertido en más que un
compañero de trabajo para la vocalista, en algunas declaraciones se ha podido
rescatar la gran empatía que ambos se profesan. Comparten los mismos gustos
musicales, pasatiempos y opiniones.
“Es como la hermana menor que nunca tuve“, confesó en una de las pocas entrevistas que el
dueto ha tenido.
Violaciones, ceguera y enfermedades mentales son algunos de los temas que
pertenecen a muchas de las canciones compuestas por Alice y su fiel amigo Kath.
“Sad Eyes” es una de las canciones
que pertenecen al reciente disco, bajo el nombre de Crystal Castles III. En el vídeo
musical aparece una mujer Yemeni consolando a su hijo, que fue expuesto a los
gases lacrimógenos. Narra el caso actual
de los efectos de las burkas musulmanas sobre aquellos que aún los usan.

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